8/7/09

YOGA PARA EMBARAZADAS

El embarazo es una experiencia única e irrepetible para cada mujer. En ella, todo está en continuo cambio, se vuelve más sensible, más perceptiva, hasta se puede decir que esta sensibilidad agudiza su intuición. Diariamente convive con una gran variedad de sensaciones y emociones que la predispone a escucharse atentamente por lo que la práctica de yoga la favorecerá ampliamente.

Durante la clase, la mujer embarazada tiene a su alcance muchísimas herramientas yóguicas de las cuales beneficiarse como lo son las asanas (posturas), las respiraciones, las distintas visualizaciones, pranayamas, técnicas de concentración y meditación, etc. que adaptadas a la necesidad de cada una, colaborarán en el desarrollo de esa escucha, en la toma de conciencia de los cambios y nuevas necesidades.
Teniendo en cuenta todo esto, durante las prácticas se genera un espacio adecuado, donde la mujer embarazada puede indagar sobre esta nueva experiencia, donde puede vivirla lejos de lo superficial, ya que no sólo se trata de brindar conocimientos teóricos o de realizar las distintas técnicas de forma automatizada. Si sostenemos que cada embarazo es único e irrepetible, la propuesta es que cada practicante encuentre su propio camino, que se enriquezca con cada nueva técnica yóguica, que aprenda a escuchar lo que su cuerpo, su mente y sus emociones le comunican; y a partir de allí, ofrecerle los distintos elementos para satisfacer estas necesidades, encontrando qué asanas se adecuan mejor a ella, entendiendo cómo repercuten las distintas técnicas respiratorias en su cuerpo, psiquis y emociones; como así también, aprende el manejo consciente de las distintas técnicas de relajación, verdadera panacea en el momento en que las contracciones se hacen presentes, iniciando el proceso del parto.
El yoga brinda a la mujer embarazada la conexión con su esencia y con el proceso que está viviendo, tanto en el embarazo como en el momento de dar a luz. Estimula la comunicación con su bebé, ayudándola a vivir el embarazo en forma consciente, plena y feliz.

¿Como ayuda el yoga a la mujer embarazada?

Las asanas o posturas ayudan a la embarazada a mantener su bienestar, contribuyendo a evitar malas posturas, malestares como naúseas, constipación, hinchazón, mejorando su circulación y respiración, le ofrece distintas técnicas de control sobre sus emociones y pensamiento positivo; así también como determinadas asanas que estimulan el cuerpo de la embarazada para facilitar el parto.

La postura de la embarazada, va modificándose durante el transcurso de la gestación y no son extraños los dolores en la parte baja de la espalda, los cuales pueden ser evitados con la práctica de asanas apropiadas y ejercicios de concientización de la postura correcta, que debe adoptar en cada etapa.

Durante el embarazo los intestinos se ven comprometidos por la presión hacia arriba, causada por el aumento del útero, lo que genera un desplazamiento del resto de los órganos abdominales. Las distintas hormonas segregadas durante el embarazo, también relajan los músculos de la pared abdominal produciendo así, menos contracciones para impulsar la comida a lo largo de los intestinos.
El yoga recomienda una serie de asanas particulares, antes y después de alimentarse, que previenen y alivian los problemas y dolores en esta zona.

Tanto corazón como pulmones se benefician con la realización de asanas y pranayamas, permitiendo a los músculos del corazón bombear correctamente, asegurando una circulación y oxigenación de la sangre hacia la placenta, que representa los pulmones del bebé.
El pranayama regula el flujo energético que junto con las asanas hace fluir la energía de la madre y el bebé como una sola, de esta forma ambos se benefician.

No solo cambios físicos experimenta la embarazada, también son muy frecuentes los cambios de humor repentinos, de un momento a otro. Las asanas y técnicas respiratorias del yoga ayudan a estabilizar la mente, permitiendo el control sobre los sentidos y también sobre las emociones.
Estas técnicas de relajación, visualizaciones, meditaciones, permiten desbloquear tensiones y mejoran el estado anímico.
El yoga enseña que allí donde está puesta la conciencia, va la energía. Gracias a esta práctica milenaria, la mujer embarazada puede aprender a orientar sus pensamientos y desarrollar su atención, obteniendo calma y serenidad, favoreciendo al desarrollo de la conciencia integral del ser.